Gerhard Richter (Dresde, 1932) lleva décadas fusionando la pintura con la fotografía y desafiando el debate tradicional que se entabla entre los dos medios: lo real frente a lo abstracto; lo objetivo frente a lo subjetivo. La Fundación Telefónica, en el marco de PhotoEspaña, plantea este reto en la muestra Fotografías pintadas, una serie de más de 400 imágenes, la mayor parte de ellas inéditas, ya que forman parte de colecciones privadas y raramente han salido de ellas.
Se trata de fotografías del álbum familiar del artista, imágenes de su familia, de su estudio, de su mujer amamantando a uno de sus hijos... Sobre ellas aplica capas de pintura hasta crear otra obra nueva, distinta, que no es fotografía y tampoco una pintura abstracta. "En las fotos hay dos realidades: la de la pintura y la de la fotografía", explica el comisario de la exposición, Marcus Heinzelman. "Cada uno verá una interpretación distinta de lo que ve en las obras. A Richter le preguntaron una vez y él respondió que sus obras eran más inteligentes que él", añade. De hecho, él buscaba el elemento "sorpresa", y si no lo encontraba, desechaba el intento. "Por eso cerca del 50% de su producción fue desechada", señala el comisario.
La mayor parte de las obras expuestas son de pequeño formato. La técnica es sencilla. Con la ayuda de una espátula, a veces Richter arrastra la fotografía por la pintura aún húmeda; otras veces coloca la foto al borde de la espátula y extiende la pintura sobre ésta, o salpica gotas de pintura. Heinzelman explica que el artista realizó estas piezas con el óleo que le sobraba de sus grandes lienzos.
Cada pieza adquiere un nuevo significado que será distinto para cada espectador. "La dinámica entre foto y pintura se torna una dinámica de revelación y ocultación, de visión y ceguera, de juego de una dimensión contra la otra, de creación de ambigüedades entre ellas. ¿Dónde termina la pintura y empiezan esas hojas y ramas? Los colores de los cielos, las hierbas, los edificios, la ropa fotografiados se mezclan o contrastan con la pintura, que abre, cierra o envuelve mi visión cuadno contemplo la imagen que ha recibido una nueva y asombrosa profundidad gracias a las pinceladas interventoras", escribe la novelista y ensayista Siri Hustvedt -casada con Paul Auster- en el catálogo editado con motivo de esta exposición.
Fuente:"El País" por ISABEL LAFONT
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